“Algunos
piensan que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que
envejecen cuando dejan de enamorarse” (Gabriel García Márquez)
Los recuerdos se desvanecen, la gente se va, pero el corazón nunca olvida.
Te olvidas de las cosas que te dicen pero nunca de cómo te han hecho
sentir. Y a veces las cosas mas pequeñas son las que ocupan más espacio
en el corazón de una mujer.
Quiero que sepas que estoy
consciente que te sientes plena cuando conoces a alguien que siempre
escucha como fue tu día, que soporta tus cambios de humor, tus locuras,
tus enojos, tu risa y tus preguntas raras.
Después de todo, ser
mujer es ser princesa a los 15, bella a los 20, pasional a los 35,
inolvidable a los 45, dama a los 60 y hermosa toda la vida. Por eso es
muy importante que recuerdes que hay gente con la que perderás el
tiempo, y otras con las que perderás la noción del tiempo (y esta última
es la que realmente vale la pena).
Cuando amas sabiendo que la
vida es una sola y no admite una segunda chance, puedes mirar a quien
amas directamente a los ojos y decirle: “Puedes reprocharme muchas
cosas, menos que no me entregué completamente, menos que no me dediqué a
ti, menos que no fui honesta, menos que no entregué lo mejor de mi,
menos que no confié en ti, menos que no te di libertad, menos que no te
respeté, menos que no dije y demostré mis sentimientos, menos que no fui
yo, porque no puse máscaras, no utilicé estrategias, no guardé
apariencias, en cada momento fui yo, con miedos sí, con dudas también
pero sin embargo seguí siendo yo...y desnudé mi alma ante ti”
Por eso, cuida de no enamorarte solo de quien abre las puertas de tu
corazón, sino de quien tire las llaves y se encierre contigo. La vida es
corta. Perdona rápido, no discutas por tonterías, besa lento, ama de
verdad, cela un poco, ríete sin control y nunca dejes de sonreír, por
más extraño que sea el motivo. Puede que la vida no sea la fiesta que
esperabas, pero mientras estés aquí, tienes que bailar. Después de todo,
la vida no se mide en minutos, sino en momentos.
El genial escritor Max Lucado supo escribir: “Vive como un niño; juega mucho, ríe mucho y déjale las preocupaciones al Padre”.
No te olvides que todo lo bueno en esta vida siempre te despeina:
Correr, saltar, ducharte, bailar, dar a luz, nadar, las montañas rusas,
el viento del verano, reír a carcajadas y hacer el amor. Así que, Dios
quiera que vivas la vida con el cabello hecho un desastre!
En
resumen: Una vez que te des cuenta que algún día vas a irte de esta
tierra, apúrate en conocer a esa persona que logre hacerte feliz con
cualquier tontería, y apenas la veas dile: “Te apuesto un beso a que vas
a querer otro. Vamos a enamorarnos…yo invito”
- Dante Gebel