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viernes, 19 de septiembre de 2014

Qué fácil callar, ser serena y objetiva...

"Qué fácil callar, ser serena y objetiva con los seres que no me interesan verdaderamente, a cuyo amor o amistad no aspiro. Soy entonces calma, cautelosa, perfecta dueña de mí misma. Pero con los poquísimos seres que me interesan... Allí está la cuestión absurda: soy una convulsión, un grito, una sangre aullando. De allí proviene mi imposibilidad absoluta para sustentar mi amistad con alguien mediante una comunicación profunda y armoniosa. Tanto me doy, me fatigo, me arrastro y me desgasto que no veo que instante de "liberarme" de esa prisión tan querida. Y si no llega mi propio cansancio, llega el del otro, hastiado ya de tanta exaltación y presunta genialidad, y se va en busca de alguien que sea como yo con la gente que no me interesa..."

- Alejandra Pizarnik 

jueves, 18 de septiembre de 2014

Carta a José Bartolí, Frida kahlo, 29 de agosto de 1946



"Anoche sentía como si muchas alas me acariciaran toda, como si en la yema de tus dedos hubiera bocas que me besaran la piel.

Los átomos de mi cuerpo son los tuyos y vibran juntos para querernos. Quiero vivir y ser fuerte para amarte con toda la ternura que tù mereces, para entregarte todo lo bueno que haya en mi. y que sientas que no estás solo. Cerca o lejos, quiero que te sientas acompañado de mi, que vivas intensamente conmigo, pero sin que mi amor te estorbe para nada en tu trabajo ni en tus planes, que forme yo parte tan intima de tu vida, que yo sea tu mismo, que si te cuido nunca sera exigiéndote nada, sino dejándote vivir libre... Te quiero como eres, me enamora tu voz, todo lo que dices, lo que haces, lo que proyectas. Siento que te quise siempre, desde que naciste, y antes, cuando te concibieron. Y aveces siento que me naciste a mi. Quisiera que todas las cosas y las gentes te cuidaran y te amaran y estuvieran orgullosas, como yo, de tenerte. Eres tan fino y tan bueno que no mereces que te hiera la vida."

- Carta a José Bartolí, Frida kahlo, 29 de agosto de 1946.

lunes, 15 de septiembre de 2014

Yo tuve un príncipe azul...

Pintura de 
Howard Rogers
 

Yo tuve un príncipe azul
que desteñía en la cama,
un Don Juan que me olvidaba
siete veces por semana.

Una cita que me dio
en el bar de los olvidos,
a la que nunca llegué,
a la que él no habrá ido.

Un ladrón que me robaba
el aliento y la razón,
margaritas que fallaban
y un trébol de cotillón.

Un zapato de cristal,
un ratón y calabazas,
un cuento que andaba mal
(Cenicienta no se casa).

Un infierno con tormentas,
un fuego que se apagaba,
entre el hueco de sus piernas
cuando él lo deseaba.

Un corazón resistente
que se rompió en mil pedazos,
el afán de un improbable,
el más hermoso fracaso.

Una ilusión de los martes
que hasta el miércoles duró,
un noviazgo que empezaba
pero antes se terminó.

Tuve un amante de a ratos
(uno que no sabe amar),
fabricante de mentiras
y excusas para guardar.

Tuve un dios algunas noches
que un día no encontré más,
tuve un deseo hecho hombre
y tuve "nunca" y "jamás".

Tuve todo que perder,
tuve un "tú", un "yo, "los otros",
tuve nada por ganar,
pero me faltó un "nosotros".

Una moneda estropeada,
con la cruz a cada lado,
una suerte mala suerte,
un mañana malogrado.

Un flechazo de ficción
que sólo duró segundos,
un galán de folletín
que pulverizó mi mundo.

Tuve un amor imposible,
un sueño que se frustró.
hijos que nunca vinieron
y un Romeo de cartón.

Yo tenía un paraíso...
y ahora tengo un mal de amor.
-Claudia Morales.