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martes, 21 de octubre de 2014

SE BUSCA UN AMANTE

Se busca un amante, si señores, un amante.
No quiero un novio que controle mis tiempos y horarios, que vigile mis miradas, que pretenda dominar mis acciones y convicciones, no quiero un hombre que me tome de la mano para presentarme a sus padres y al resto de la familia, buscando su aprobación y una falsa sonrisa. No quiero un hombre que pretenda que abandone mis sueños por cumplir sus anhelos. Yoquiero un hombre que me ame cada que me dé la gana, que no me juzgue por los rastros de otro amor en mi piel, que no reclame mi presencia, que no me sienta parte de sus pertenencias.
Quiero un hombre sin educación a la hora de hacerme el amor, uno que no recuerde ni mi nombre, que no se compare con otros hombres. Quiero un hombre que acaricie mi piel y mi alma, que con la yema de sus dedos recorra milimétricamente mi ser, no por deber sino por puro placer. Un amante que me deje una sonrisa en los labios, uno que no me vea como el medio para alcanzar el placer sino alguien con quien descubrirlo una y otra vez. Uno que me ahogue en su pasión, que me arranque el corazón, uno que ame mi cuerpo con todos sus defectos, que lo vuelva su refugio, que lo inunde de locura, que lo colme de dulzura. Que se vuelva mío en mí, que no piense en otra, que descubra los misterios de mi ser, de mi sentir. Un amante exquisito, cínico, impúdico, romántico, poeta, de amplia sonrisa y poca memoria, de manos suaves, firmes, uno que se hunda en mí hasta enloquecer, que muerda con cada mirada, que con ella me invite a quemarme en su piel, que robe mis gemidos, que aceleré mis latidos. Eso quiero, un hombre en toda la extensión de la palabra, un hombre que me tome entre sus brazos y me vuelva suya, un hombre para el cual yo no sea una muñeca, ni su juguete y mucho menos su burla, un hombre que bañe con su sudor mi piel, simplemente un hombre que me haga sentir mujer.
Se busca un amante.

-Violeta Ot

viernes, 3 de octubre de 2014

Llora, pero llora por ti...


Llora, pero llora por ti, por todas esas veces que te dejaste humillar, por todas las palabras que no pudiste gritarle, por todas las mentiras que por amor le creíste. Golpea las paredes, muérdete los labios, no salgas de casa por un par de días, pero no lo busques ni dejes que regrese. Él no está pensando en ti. Duele, por supuesto, te va a doler hasta el alma, pero es mejor que te hagas a la idea. Alguien más lo tomará de la mano, alguien más le besará la frente, ya no serán tus fotos, ni tus cartas, ni tu música, todo lo tuyo ha cambiado de nombre. Prepárate, porque vas a verlos juntos y una parte de ti se volverá a romper. Él se encargará de matarte otras mil veces, pero no, no le des ese poder. No le llames, no pases por su casa, no entres más a su perfil, no le des nunca la atención que está pidiendo. Conocerás a alguien más porque te lo mereces, volverás a sonreír y todo el dolor será parte del pasado. Cuando se de cuenta volverá a buscarte, usará los encantos con los que te enamoró, te llamará cada noche, te escribirá poemas, te mandará canciones, te dirá que te quiere y que no fue su intención, te pedirá perdón... pero no vas a caer. Porque una persona que no dio todo por ti, que no se enamoró de lo increíble que eras cuando estuviste a su lado, no lo hará aunque vuelvas a su vida otras cien veces.
-Estefanía Mitre

miércoles, 1 de octubre de 2014

Poema de Federico García Lorca



"La lluvia tiene un vago secreto de ternura,
algo de soñolencia resignada y amable,
una música humilde se despierta con ella
que hace vibrar el alma dormida del paisaje.

Es un besar azul que recibe la Tierra,
el mito primitivo que vuelve a realizarse.
El contacto ya frío de cielo y tierra viejos
con una mansedumbre de atardecer constante.

Es la aurora del fruto. La que nos trae las flores
y nos unge de espíritu santo de los mares.
La que derrama vida sobre las sementeras
y en el alma tristeza de lo que no se sabe.

La nostalgia terrible de una vida perdida,
el fatal sentimiento de haber nacido tarde,
o la ilusión inquieta de un mañana imposible
con la inquietud cercana del color de la carne.

El amor se despierta en el gris de su ritmo,
nuestro cielo interior tiene un triunfo de sangre,
pero nuestro optimismo se convierte en tristeza
al contemplar las gotas muertas en los cristales.

Y son las gotas: ojos de infinito que miran
al infinito blanco que les sirvió de madre.

Cada gota de lluvia tiembla en el cristal turbio
y le dejan divinas heridas de diamante.
Son poetas del agua que han visto y que meditan
lo que la muchedumbre de los ríos no sabe.

¡Oh lluvia silenciosa, sin tormentas ni vientos,
lluvia mansa y serena de esquila y luz suave,
lluvia buena y pacifica que eres la verdadera,
la que llorosa y triste sobre las cosas caes!

¡Oh lluvia franciscana que llevas a tus gotas
almas de fuentes claras y humildes manantiales!
Cuando sobre los campos desciendes lentamente
las rosas de mi pecho con tus sonidos abres.

El canto primitivo que dices al silencio
y la historia sonora que cuentas al ramaje
los comenta llorando mi corazón desierto
en un negro y profundo pentagrama sin clave.

Mi alma tiene tristeza de la lluvia serena,
tristeza resignada de cosa irrealizable,
tengo en el horizonte un lucero encendido
y el corazón me impide que corra a contemplarte.

¡Oh lluvia silenciosa que los árboles aman
y eres sobre el piano dulzura emocionante;
das al alma las mismas nieblas y resonancias
que pones en el alma dormida del paisaje!"

Federico García Lorca