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martes, 15 de diciembre de 2015

No le temo a la soledad ni a la abstinencia sexual, a lo que realmente le temo es a la dependencia emocional.



No le temo a la soledad ni a la abstinencia sexual,
a lo que realmente le temo es a la dependencia emocional.
Me aterra pensar que pueda vivir con alguien alojado de forma insana en mi mente y mi corazón, me asusta imaginar que pueda organizar mis días alrededor de los gustos y las inquietudes de una pareja.
No le temo a la masturbación y a las noches vacías,
le temo a vivir pendiente de un hombre y sus caprichos. Le temo a los celos extremos, a las infidelidades y a la indiferencia mientras el corazón se derrite en deseos de ternura.
No le temo al silencio ni al compromiso,
no me asusta entregarme o amar a quien se lo merezca,
solo le temo a quedarme ciega y adorar a quien me llegue a tratar como una mierda o una mujer más del montón...
No le temo a la complicidad en una relación,
le temo a la obsesión por saber todos sus pasos, sin poder avanzar yo, por mi propia cuenta.
-Olivia Ismael



1 comentario:

  1. Excelente, a desterrar los miedos. Muy bien este escrito puede ser de la autoría de una mujer, como lo es ahora, o de un hombre.
    Saludos

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