Imposible. ¿Dices imposible?. Tú, que naciste del amor, fuiste sembrado como una semilla, germinaste en el interior del pequeño útero de una madre que se ensanchó grandiosamente para darte cobijo y arrullo. Tú, que tu corazón late sin tu permiso y bombea la sangre que riega tu cuerpo y tus pulmones toman el aire del mundo y lo devuelven sin ni siquiera preguntarte. Tú, que vives para sentir el milagro cotidiano que te regala cada despertar... ¡Por favor!, no me digas imposible cuando hables del Amor. El Amor no sabe de imposibles Crédito: Mujer árbol
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